Al "secuestrar" un perfil o una comunidad, el atacante puede acceder a la red social como si fuera el usuario, pudiendo enviar mensajes a sus amigos, modificar el perfil (insertando por ejemplo un perfil con características pornográficas), robar sus comunidades o inscribirse en cualquier comunidad que desee.
Al difundir los datos abiertamente en las redes sociales, los internautas no saben que existen personas mal intencionadas especializadas en obtener información de futuras víctimas utilizando herramientas de ingeniería social, la cual es la forma de obtener datos de personas a través de investigación y disimulación.
Por lo tanto, una simple foto y alguna información "inocente" divulgada indebidamente, ya es suficiente para comenzar un ataque que puede tener consecuencias desagradables para el usuario.
Con esta información, los cibercriminales pueden infiltrarse rápidamente en la red social de un determinado usuario y hacerse pasar por un nuevo o antiguo "amigo",de aquellos que el internauta no veía hace decenas de años y ni se acordaba de su existencia.
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